Quetzaltenango, Guatemala 2016
Me adentro con Memo en el poemario Vostok para hacer una expedición al
frío más desconocido, al invierno más crudo, a la noche más larga, a un lugar
inimaginable para mí, remoto, en unas coordenadas lo más al sur del planeta
posible, en el polo austral.
La verdadera Terra Austral Ignota.
Pensar en esa latitud me hace recordar a Mary Shelley y su imaginación
febril y desbordada tratando de entender la blanca eternidad del Ártico, en
donde Frankenstein, su creación monstruosa y plena de conciencia, se prendió
fuego.
A veces he querido ser Mary Shelley.
La base rusa Vostok se asienta en las antípodas del polo norte, en un
continente con 14 millones de kilómetros cuadrados de hielo que paradójicamente
es un desierto sin arena, donde el clavelito antártico cohabita con un lago
dulce y plácido que subyace a 3748 metros de la plataforma helada.
Agua dulce y salada, azul con sus degradaciones, frío de matices
incontables, sol tenue y efímero, temperaturas gélidas de un extremo explorado
tardíamente, sin dueño y protegido por un tratado para que su hábitat se
conserve virgen, intocable, puro.
La Vostok de Memo es dinosaurio que mueve la cola, vastísima superficie
en apariencia inamovible, que de tan fría hiere y de tan blanca enceguece, pero
que en su interior respira al calor de las pieles que conviven hibernando
durante el paso de los vientos perennes, mientras los cuerpos se entonan con
vodka para desentumecer sus articulaciones.
Memo es el acorazado de la palabra de esta expedición que resquebraja
ese líquido congelado para sustraer la inteligencia del asombro, la obstinación
vehemente y tenaz del explorador romántico de finales del siglo XIX y
principios del XX.
Como Mary Shelley.
Por estas virtudes, Memo incrustó la bandera de la sensibilidad en un
territorio tan desolado e inhóspito, y, sin embargo, tan elocuente y
majestuoso, ante el cual solo nos queda sentir nuestra propia pequeñez.
O mejor dicho, sin estas cualidades no habría podido pulverizar los
diamantes que quedaron suspendidos en el aire, el día en que en la base de
Vostok el termómetro marcó la temperatura más baja registrada por
científicos.
En la mejor tradición de aquellos seres humanos que se atrevieron a
surcar el océano austral del fin del mundo para maravillarse con lo ignorado,
en un barco también nombrado Vostok, Memo nos hace navegar hacia su propia
región íntima, expresada en Consejos de sabios, uno de los
poemas del libro.
“Fui el único en la estación que llenó de flores su
litera. Rojas, amarillas, violetas. Pasaron horas. No importaron los grados
bajo cero en mi cuerpo. Esperé tus aires, lo que fuera a insinuar tus formas
para aparecerte, amenazar el agua y su núcleo vuelto hielo. No supe más. Oí el
frío. Luego, me llevaron a un lugar azul. Y me enseñaron a olvidar despacio".
Con mesura y contención, con una prosa poética densa, a veces indómita,
cincelada milímetro a milímetro, caminamos con lentitud por el poemario para
dejar nuestra huella en los lagos y ríos subterráneos, en esos icebergs que son
los altares de la Antártida de Memo, porque ese territorio, oscuro en su
tremenda claridad, nos es revelado por él.
Esta Mary Shelley que he querido ser, agradece conmovida la visión del
viaje emprendido.
Ana Beatriz Fernández
Poeta y Periodista
Guillermo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense. Perteneció al Taller de Literatura Activa
Eunice Odio. Libros publicados: Programa de Mano (2008) y En Cuerda Floja
(2014) de Editorial Arboleda, Costa Rica. Amares, Editorial Ixchel, Honduras
(2014); En Ninguno de tus mapas (2015) y VOSTOK (2016), Editorial Metáfora,
Guatemala. Plaquette “El fin de los días” publicada por Editorial Alebrije,
Costa Rica (2013).
Antologías: “Instrucciones
para salir de un cementerio Marino” Taller de literatura Activa Eunice Odio,
1992; “Sostener la Palabra. Antología de Poesía Contemporánea costarricense,
Editorial Arboleda, 2008; Antología Poesía del Encuentro, 2010 Costa Rica. Antología
Memoria del 12 Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango, 2016. Publicación de poesía hispanoamericana “Otro
Lunes”, Berlín (2013). Edición especial de poesía costarricense “Rayuela”, Diario
El Péndulo, Chiapas, México. Edición especial de la Revista “Apócrifa Conjetura”,
Festival Internacional de Poesía de Costa Rica (2013).
Es Sociólogo con una
especialidad en Comunicación Social.
Docente universitario, investigador social y especialista en temas
migratorios a nivel regional centroamericano. Trabajó en FLACSO Sede Académica
Costa Rica durante 10 años. Actualmente es Director del Instituto de Estudios
Sociales en Población (IDESPO) de la Universidad Nacional, en Costa Rica.